La policía financiera italiana, cumpliendo las órdenes del tribunal de justicia de Parma, detuvo ayer en Milán a Calisto Tanzi, fundador, expresidente y máximo accionista del grupo alimentario Parmalat, que estaba en paradero desconocido desde que estalló el escándalo por la suspensión de pagos de la compañía. Tanzi está acusado de bancarrota fraudulenta.

Tanzi, de 65 años, fue interrogado el 22 de diciembre, pero quedó en libertad. El pasado miércoles informó a los jueces de Parma que estaba en el extranjero, pero que pensaba volver pronto a Italia. El juzgado dictó entonces una orden de arresto.

El mismo día, el Tribunal de Quiebras de Parma (norte) declaró insolvente a Parmalat y situó a la sociedad en suspensión de pagos. El juez delegado para gestionar la suspensión, Vittorio Zanichelli, anunció que su prioridad será hacer frente a los pagos del suministro lácteo, según fuentes judiciales.

EN EL OJO DEL HURACAN Parmalat, el primer grupo alimentario italiano, con cerca de 37.000 empleados en 30 países, está en el ojo del huracán de un escándalo financiero tras descubrirse un agujero de al menos 7.000 millones de euros (1,12 billones de pesetas), sobre un volumen anual de ingresos de 7.600 millones de euros (1,2 billones de pesetas) en el 2002.

La firma ocultó pérdidas durante 15 años, según se ha descubierto ahora, y todo indica que el agujero podría llegar a superar los 10.000 millones de euros (1,6 billones de pesetas). El tribunal de Parma fijó 120 días para que los acreedores puedan presentar sus demandas de cobro.