Hasta ayer, la economía española tenía un sobresaliente. A partir de ahora, tendrá un notable alto, según el propio vicepresidente económico, Pedro Solbes. La agencia de calificación Standard & Poors (S&P) cumplió ayer su aviso y retiró a la deuda pública española la máxima calificación por considerar que la debilidad de su economía y el deterioro de sus cuentas públicas no merecen una triple A.

Es una mala noticia. Al Estado le va a costar más caro pagar su deuda pública. Y no solo al Estado. La onda llegará a empresas privadas y entidades financieras que, si tienen que pagar más por el dinero que toman prestado fuera de España, encarecerán las hipotecas y los créditos.

DINERO MAS BARATO Hasta ayer, S&P había concedido la máxima calificación a la deuda pública española. La triple A (AAA) era como decir a los inversores internacionales que el riesgo de impago del Estado español era nulo (una probabilidad de 4 entre 10.000). Gracias a ello, España podía captar dinero más barato en el mercado.

Tanto es así que a finales del 2007, a España le costaba lo mismo que a Alemania colocar sus bonos a 10 años. A lo largo del 2008 este diferencial se amplió a 1 punto porcentual, al tiempo que la crisis hacía de Alemania un refugio para los inversores. Tras el anuncio de S&P, España tiene que pagar 1,15 puntos más caros sus bonos. Este encarecimiento puede continuar, según los expertos, y anticipa las dificultades que pueden atravesar empresas y bancos .

Aunque otras agencias, como Fitch, mantienen la triple A para España, la decisión de S&P ha calado en los mercados. Y eso a pesar de que sus analistas subrayan que la calificación "AA+ con perspectiva a estable" significa que la economía española "continúa siendo muy sólida". La probabilidad de impago sigue siendo "muy reducida" (de 5 entre 10.000) y "prácticamente es la misma que la asignada a la triple A", según la analista Myriam Fernández de Heredia, autora del informe de S&P.

S&P justifica su decisión por las "debilidades estructurales" de la economía española. Según Fernández de Heredia, esta nunca reunió ni el tamaño ni la fortaleza para ostentar una triple A; ni siquiera una doble A. Sin embargo, la extraordinaria fortaleza de sus cuentas públicas compensaban estas carencias. Ahora que la crisis va a provocar un déficit del 6% del PIB y una deuda por encima del 50% del PIB, "desaparece esta ventaja". No ha pasado lo mismo con Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Suecia y Reino Unido, a quienes S&P ha confirmado su triple A a pesar de que sus finanzas están peor.