Si para casarse conviene un día de sol, nada mejor para presentar un estudio sobre las bondades de invertir en renta variable que una jornada en que vigorosos números verdes adornen las cotizaciones. Bolsas y Mercados Españoles --empresa más conocida como la Bolsa, a secas-- presentó ayer un estudio que sostiene que la rentabilidad media anual acumulada descontando la inflación de ese mercado es del 10% desde 1980, frente al 5,86% de la deuda pública y el 3,12% de los depósitos bancarios.

Como queriendo refrendarlo, el Ibex 35 vivió una jornada dichosa, con un alza del 2,58%, y ascendiendo desde los 10.383 puntos de la víspera hasta los 10.651,2 puntos. Un guiño feliz para la empresa que, como gestora bursátil, se alimenta del volumen de negociación del mercado y que pena por operar en un país en el que la inmensa mayoría de la población se decanta por los depósitos o por el producto que les aconseje su banco o caja.

Todos los grandes valores subieron: Banco Santander, el 3,83%; BBVA, el 3,38%; Telefónica, el 2,3%; Iberdrola, el 2,25%, y Repsol, el 1,37%. La mayor subida correspondió a Iberia, el 5,77%, seguida de Gamesa, que avanzó el 5,6%.

Sin embargo, la subida de ayer, si no espejismo, sí puede tacharse de engañosa. Abundaron noticias que otro día podrían haber tumbado los ánimos inversores (caídas de la actividad en el sector servicios alemán y español, descensos de las ventas minoristas en la eurozona, advertencias ominosas del FMI y la FED, amenazas de Moody´s contra Irlanda,...).

Pero los que toman las grandes decisiones están por otras cosas e hicieron más caso a la decisión del Banco de Japón de bajar los tipos al entorno del 0%. En estos tiempos inciertos, los atisbos de que no se dejará recaer a la economía son bien recibidos. Eso un día, porque al siguiente los indicios de que el sector público acudirá al rescate provocan pesadillas de déficit. Pero ayer tocaba poner la mejor cara. Por la bolsa.