China y la Unión Europea no lograron cerrar ayer un acuerdo para desbloquear los puertos europeos de productos textiles. El diálogo bilateral continuará hoy, de cara a buscar una solución a millones de prendas de vestir almacenadas en las fronteras comunitarias, por haberse agotado las licencias del 2005. "Por hoy hemos terminado. Continuaremos mañana", declaró Michael Jennings, portavoz de la Comisión Europea en China. La complejidad de la negociación, la disparidad de cifras y la necesidad de un acuerdo definitivo son algunos motivos del retraso.

Del contenido del diálogo, poco ha trascendido. Sólo algunos analistas se atreven a adivinar lo que ocurre tras la puerta cerrada. "Las empresas chinas quieren establecer una nueva cuota para el 2005", explicó Mei Xingyu, experto de la Academia China de Comercio. Bruselas, por su parte, prefiere autorizar las importaciones bloqueadas con cargo a las cuotas del 2006. Otra opción sería autorizar la entrada a todos los encargos realizados antes del 10 de junio, fecha del primer acuerdo, o hasta julio, cuando entró en vigor.

El término medio es difícil de negociar. La mera inclusión de los pedidos realizados entre la firma del acuerdo y su puesta en marcha duplicaría el volumen de importación para algunas categorías. Según cifras del ministerio chino de Comercio, fue precisamente durante ese "periodo de gracia" cuando importadores y tiendas europeas se lanzaron a hacer encargos sin control.

120 MILLONES DE JERSEIS El "comportamiento irracional", que Pekín achaca a los importadores y distribuidores europeos, queda patente en los jerséis. Entre enero y abril se importaron 80 millones de unidades, pero entre junio y julio la cifra ascendió a 120 millones.

Algunas empresas ya buscan compradores para los encargos que no podrán entregar en Europa. Australia y América Latina se perfilan como destinos.