Casi 1.500 pedidos. Los dos gigantes de la aeronáutica, la estadounidense Boeing y el consorcio europeo Airbus, viven en el 2005 el mejor ejercicio de su historia, que dejará atrás la dura etapa posterior a los atentados del 2001 en EEUU.

Entre las dos empresas registrarán un auténtico diluvio de pedidos, un nivel récord en un momento dulce para esta industria y para muchos de sus clientes, las aerolíneas. En un año normal, entre ambas apenas suman 800 pedidos. Las dos, con sus plantas casi al límite, tienen en marcha ambiciosos proyectos, como el superavión A-380 y el A-350 de Airbus; y el 787 y el nuevo Jumbo 747, de Boeing.

La feria aeronáutica de Dubai, que se celebró a finales de noviembre, ha sido una nueva catapulta comercial para ambos grupos, con encargos que han alcanzado los 20.000 millones de euros (3,3 billones de pesetas). Boeing se destacó por recibir, entre otros, un pedido gigantesco de 42 aviones del modelo 777, con opción sobre otros 20 por parte de Emirates. Airbus llega a 671 pedidos, con lo que por primera vez en los últimos ejercicios se sitúa tras Boeing. Espera llegar a 200 encargos del A-350.

Tarifas bajas

¿Por qué este boom superior al de 1989? La propagación del modelo de aerolíneas de tarifas bajas tiene mucho que ver con ello y con la compra de modelos de media distancia. Y no sólo en Europa, donde conviven una cincuentena de low cost, sino en Asia, con gigantes como la India, que están liberalizando sus mercados aéreos. Esto facilita el nacimiento de compañías locales como Kingfisher o Spicejet, que cuentan por decenas los pedidos.

En la industria confluyen la entrada en el mercado de aviones de nueva generación (especialmente para largas distancias), nuevos modelos de negocio y grandes crecimientos de pasaje en nuevos mercados. También crecen las firmas de Oriente Próximo, como Emirates, que pretende ser un distribuidor para vuelos entre Europa y Asia o Australia y Africa, en detrimento de aeropuertos caros y congestionados.

Las aerolíneas se verán de nuevo afectadas por el carburante. La factura les subirá este año a 82.000 millones de euros, sobre unos ingresos agregados de 350.000 millones. Las grandes compañías de EEUU son las más afectadas, con pérdidas para este año de 6.800 millones. Las europeas cerrarán el año en equilibrio y las asiáticas ganarán 850 millones.