Son la imagen pública del fracaso de la banca británica. Son los directivos que simbolizan la incompetencia y el afán de lucro que ha llevado a la ruina a sus entidades. Los máximos responsables de dos de los bancos intervenidos por el Estado, el Royal Bank of Scotland (RBS) y el HBOS, tuvieron que dar ayer la cara en un interrogatorio del Comité Especial del Tesoro en el Parlamento, retransmitido por televisión, con el país clamando contra las primas millonarias que pretenden cobrar.

En el banquillo estaba la créme de la créme de la banca. Sir Tom Mckillop, antiguo presidente del RBS; Sir Fred Goodwin, director ejecutivo de RBS; Lord Dennis Stevenson, presidente de HBOS, y Andy Hornby, director ejecutivo de HBOS. Cada uno de ellos cobraba en el 2007 entre 1 millón y 3 millones de euros anuales, con primas que en algunos casos superaron los 4 millones de euros.

Sentados, uno al lado del otro, comenzaron pidiendo perdón. Todos dijeron "lamentar profundamente" la actual situación y presentaron sus "excusas", por no haber prevenido una crisis en la que, según dijeron, también ellos habían perdido mucho dinero. Los ejecutivos del RBS admitieron que la compra del banco holandés ABN Amro, cuando la crisis crediticia ya había comenzado, fue "un terrible error", porque "todo lo pagado no valió la pena". Stevenson y Hornby aceptaron que HBOS había prestado mucho dinero a inmobiliarias y a constructoras sin las garantías necesarias.

El interrogatorio fue un acto público de contricción casi al estilo japonés, pero sin el harakiri y sin renunciar a las enormes primas de las que disfrutan.

El desafío ya está en el despacho de los abogados. Los ejecutivos de varias entidades bancarias han contratado los servicios de la firma del letrado Ronnie Fox, para demandar la violación de contrato, en caso de que no les sean abonadas las gratificaciones acordadas. El Gobierno trata de aplacar los ánimos de los ciudadanos, previendo la posibilidad de establecer un límite a las pagas extra de los banqueros, con un tope por debajo de unos 28.500 euros, pero aún no se ha tomado ninguna decisión.

Los ejecutivos exigen las primas, incluso cuando sus bancos han sufrido pérdidas escandalosas. La petición es aún más sangrante en un momento en que la crisis sigue devorando empleos en sus propias entidades. RBS ha anunciado la supresión de 2.300 empleos, alrededor del 2% de su actual plantilla.