El dinero puede conseguir más que los superpoderes, y Disney parece tan capacitado o más que el hombre araña para seguir extendiendo su ya amplia red, pese a los golpes de la crisis. La casa del ratón anunció ayer una oferta de compra de Marvel, la firma de cómics bajo cuyo techo conviven Iron Man, Spiderman, el Capitán América, la Patrulla X, los Cuatro Fantásticos, el increíble Hulk y hasta 5.000 personajes más, que el año pasado empezó a producir sus propias películas y que ha alcanzado gran maestría en la explotación --en el cine y más allá-- de sus criaturas. Y la fusión, que tiene luz verde de los dos consejos de administración pero aún debe ser aprobada por los accionistas de Marvel y por los reguladores antimonopolio de Estados Unidos, se interpreta como otra señal de que la confianza está volviendo a los mercados.

La operación ha sido negociada con enorme discreción y pilló por sorpresa a Hollywood, pero es otro paso en el camino de grandes adquisiciones emprendido por Robert Iger, el presidente y consejero delegado que sustituyó a Michael Eisner y debutó en su cargo haciéndose por algo menos de 5.000 millones de euros con Pixar, otro grande de Hollywood. Entonces se dudó de si Disney, más tradicional y conservador, restaría algo del empuje transgresor de Pixar, pero esos temores no se hicieron realidad y, aunque los mismos interrogantes se ciernen sobre el potencial efecto de Disney en Marvel, la respuesta puede ser la misma.

Esta vez, la factura de la operación, que se financiará con una mezcla de líquido y acciones, se calcula en unos 2.800 millones de euros. Los accionistas de Marvel recibirán unos 21 euros y 0,745 acciones de Disney por cada uno de sus títulos.

A LARGO PLAZO El de Disney se ve como un buen movimiento estratégico a largo plazo, pero tendrá algunas barreras. Y es que Marvel tenía acuerdos con otros estudios que restarán a Disney algunas posibilidades de explotación y beneficios mientras estén vigentes y le harán, de hecho, socio de estudios rivales.

Pero Marvel es una buena adquisición y a Disney, según aseguró el jefe de su departamento de cine, Richard Cook, "le gusta lo que han estado haciendo hasta ahora". En palabras de Tom Staggs, consejero financiero de Disney, "Marvel vale más dentro de Disney que fuera". Además, Disney, cuya producción de series como Hannah Montana le ha granjeado una buena cuota en el mercado femenino adolescente, tendrá gran potencial para ampliar su público masculino juvenil, uno de sus puntos flacos.

Marvel también obtiene ventajas, empezando por ahorrarse los costes de promoción y distribución y siguiendo por aprovechar la implantada maquinaria de Disney en el mercado internacional, que hasta ahora no era uno de los fuertes la firma de cómics. Y la venta es un triunfo especial para Ike Perlmutter, el consejero delegado de Marvel, propietario del 37% de la compañía, que podrá embolsarse algo más de 1.000 millones de euros y, además, será el encargado de supervisar los productos relacionados con sus personajes que haga Disney.