El euro nació a un tipo de cambio de 1,82 dólares e inició una senda de depreciación que le llevó a desplomarse hasta 82 centavos de dólar en octubre del 2000. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) estadounidense tuvieron que intervenir en los mercados de divisas para respaldarlo. Pero las cosas han cambiado. En abril del 2008, rozó los 1,60 dólares, en lo que se considera la paridad más alta desde 1970. En la actualidad fluctúa en torno a los 1,40 dólares.

Actualmente, el euro habla de tú a tú con la libra británica, que hace un año se pagaba a más de 1,40 euros, y cotiza ahora en torno a los 1,05 euros. Tal depreciación refleja, según los expertos, la fuerte sacudida que sufre la divisa británica. Sin embargo, los británicos continúan oponiéndose a adoptar la moneda común.