A un mes de las elecciones presidenciales, el Gobierno argentino anunció el jueves la apertura del corralón, denominación que reciben los depósitos bancarios que aún estaban confiscados tras ser convertidos de dólares a pesos con la devaluación, en enero del 2002. Ayer, el presidente Eduardo Duhalde firmó el decreto tras una jornada llena de rumores de que la iniciativa del ministro de Economía, Roberto Lavagna, había quedado en suspenso.

La apertura del corralón --unos 3.500 millones de euros (582.351 millones de pesetas), de 400.000 ahorradores-- se producirá en tres etapas, según la cantidad que se quiera retirar. El dinero se devolverá con un tipo de cambio de 1,4 pesos por dólar, más intereses del 2% anual y actualizados con la inflación.

AUMENTO DE DEUDA PUBLICA

El Estado se hará cargo de la diferencia con la cotización actualizada del dólar mediante un bono que vencerá el 2013, lo que obligará a emitir deuda pública por unos 2.800 millones de euros. Las compensaciones a los bancos las decidirá el Parlamento. Retirar los depósitos es opcional.