El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, incluyó ayer en su rechazo a los presupuestos generales del Estado para el 2010 el vaticinio de que la subida de impuestos que incluyen no será la única que aplicará el Gobierno.

Aunque no especificó cuáles o cuándo subirán, opinó que son unas cuentas de "resignación" ante lo que está ocurriendo y que no servirán para impulsar la actividad económica ni para crear empleo. En su opinión, tampoco ayudarán a fomentar el consumo ni a mejorar la competitividad de las empresas. Por esas razones, entre otras, CiU se opondrá a los presupuestos.

En una línea parecida se manifestó Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso. Para ella las cuentas no son anticrisis, como deberían ser, sino unos "antipresupuestos para salir de una crisis". Desde su punto de vista, los presupuestos no son austeros: deberían recortar las partidas de gasto superfluo para atender las políticas sociales sin gravar el bolsillo de la población con impuestos. Por eso recordó que el PP ha presentado planes de "austeridad" en el gasto corriente ante los que el Gobierno ha hecho "oídos sordos". Entre ellos destacó una reducción de la estructura ministerial, para suprimir una vicepresidencia y tres ministerios.

Por su parte, la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) dudó ayer de algunas de las previsiones que contienen las cuentas públicas. En concreto, considera que el gasto público en prestaciones por desempleo en el 2010 superará en "casi 5.000 millones" de euros la dotación presupuestaria del Gobierno en esta materia.

El vicepresidente de la CEOE y presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, calificó la subida de impuestos como una barbaridad, y sugirió al Ejecutivo que ahorre en gasto público y no en "chorradas".

La Coordinadora de ONG para el Desarrollo en España lamentó ayer que el Gobierno no haya cumplido su compromiso de subir hasta el 0,56% del PIB los recursos destinados a la ayuda del desarrollo en el mundo.