Jaime Echegoyen dejó de ser el consejero delegado de Bankinter el jueves pero, en un gesto con pocos antecedentes en la banca, ayer se plantó delante de una treintena de periodistas --el doble de lo habitual-- para dar cuenta de los últimos resultados del banco bajo su gestión. Ocasión que aprovechó para sacar pecho de sus nueve años como primer ejecutivo de la entidad y para dejar la puerta abierta a trabajar para otra entidad.

"Estoy abierto a sugerencias, pero no tengo ninguna intención de ponerme a trabajar mañana", indicó. Subrayó, en este sentido, que es un "profesional de la gestión bancaria", si bien no vería con malos ojos dedicarse a otro sector. El directivo, eso sí, no quiso aclarar qué compensación va a cobrar por dejar el banco ni si para recibirla ha aceptado no trabajar en el sector durante un tiempo. "No voy a salir corriendo a la competencia", remachó.

Echegoyen subrayó que fue él quien pidió dejar el cargo y negó que Jaime Botín, primer accionista de la entidad y hermano del presidente del Santander, haya forzado su salida. Su sustitución por María Dolores Dancausa, hasta ahora consejera delegada de la filial Línea Directa, y la asunción de funciones ejecutivas por el vicepresidente Alfonso Botín, hijo de Jaime, ha sido presentada como un intento del banco por "crecer", vía fusiones o mediante una estrategia más agresiva. Ante ello, Echegoyen defendió que la estrategia del banco siempre la ha marcado el consejo.

Bankinter ganó 149 millones de euros hasta el pasado septiembre, con una caída del 27,25% por la caída del interés de los créditos.