Se sentía, se sabía, era innegable, pero no había confirmación oficial. Hasta ayer. EEUU decretó que su economía está en recesión. Diciembre del 2007, hace un año, fue el momento en el que del pico de la actividad económica en expansión se pasó a la caída. Y el diagnóstico ratificó que la expansión vivida bajo la presidencia de George Bush ha sido, con sus 73 meses, una de las más breves de cualquier antecesor en el cargo.

La Oficina Nacional de Análisis Económico, un grupo privado y desvinculado de los partidos, emitió ayer el comunicado en el que se confirmaba la recesión.

Los miembros del comité encargado de decretar semioficialmente los ciclos económicos no esperaron, como es habitual, a que hubiera dos trimestres consecutivos de contracción para difundir su diagnóstico.

Su definición de recesión es "una caída significativa en la actividad económica en varios sectores que dura más de unos meses y que normalmente es visible en la producción, el empleo, los ingresos y otros indicadores". Y eso se vive desde hace un año.

Precisamente, si un elemento ha sido clave a la hora de llevar al panel de expertos hasta su determinación ha sido la contracción del mercado laboral, que empezó en diciembre del año pasado y ha llevado en lo que va de año a la destrucción de 1,2 millones de empleos.

SIETE AÑOS La última vez que EEUU sufrió una recesión fue en el 2001, también bajo el mandato de Bush, el único presidente estadounidense, junto con Richard Nixon, que ha dirigido el país mientras este atraviesa dos contracciones de su economía. Pero si hace siete años la crisis duró nueve meses, esta vez todo apunta a que será más larga.

Desde economistas privados hasta los responsables de políticas de la Reserva Federal han calculado que la actual contracción durará por lo menos hasta mediados del año que viene, con lo que la actual recesión puede acabar prolongándose durante año y medio. De ser así, se trataría de la más larga desde la de principios de los años 80, cuando se prolongó durante 16 meses.

Ante este panorama, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, afirmó que veía "factibles" nuevas rebajas del precio del dinero, a pesar de que ya está en el 1%. La autoridad monetaria de EEUU celebrará los días 15 y 16 la última reunión del año y antes de que el nuevo presidente, Barack Obama, acceda al cargo el 20 de enero.

Por otra parte, el petróleo registró ayer un verdadero desplome de hasta el 10% tras la decisión del pasado fin de semana de los países del cártel exportador, la OPEP, de retrasar hasta finales de este mes un posible recorte de su oferta. El barril de Brent, la calidad de referencia en Europa, llegó a situarse en nivel de los 47 dólares, como hace 43 meses (mayo del 2005), ante el temor de que la caída de la demanda sea mayor de lo previsto.