Cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofrezca hoy en la Brookings Institution un discurso centrado en la economía, la creación de empleo será una de sus dianas, y cuenta con una nueva flecha para apuntar hacia ese objetivo. Ayer, el Departamento del Tesoro presentó nuevos cálculos sobre el coste para las arcas públicas del programa de rescate puesto en marcha en octubre del 2008 y de esa factura se han eliminado casi 135.000 millones de euros en pérdidas.

La recuperación más rápida de lo prevista en Wall Street y el hecho de que algunas de las iniciativas que debía financiar ese paquete de 472.000 millones hayan requerido menos dinero han permitido al Tesoro recalcular las pérdidas de la próxima década. Si en agosto la Casa Blanca las proyectaba en 230.000 millones, el Tesoro las rebaja hasta un máximo de 95.000 millones.

Los bancos han devuelto 48.000 millones y se prevé que para final del año que viene las devoluciones alcanzarán los 120.000 millones. Además, el Estado ha obtenido 13.000 millones en concepto de intereses, dividendos y por la venta de garantías. Los cálculos del Tesoro dan ahora alas a los congresistas demócratas para promover una iniciativa legislativa para destinar a la creación de empleo parte del paquete de estímulo no distribuido.