Después de toda una década de moderación salarial, los sindicatos alemanes exigen ahora subidas de entre el 5,5% (para el sector del automóvil) y el 8% (para la siderurgia y los funcionarios). De momento, los maquinistas de trenes han logrado ya un aumento del 11%. Y el traslado de la inflación a los salarios es lo que más teme en estos momentos el Banco Central Europeo. Por toda esta situación, el presidente del Bundesbank, Axel Weber, es quien más apoyo público ha prestado a Trichet durante estos días.