Después de la que cayó la semana pasada, el mejor consuelo, aunque sea psicológico, fue poder anunciar que el Ibex 35 iba a cerrar la primera semana de diciembre por encima de los 10.000 puntos. En ese ránking semanal, esta queda consignada como la tercera de mayor volumen del año, con una subida media en Europa del 1,50% y en la bolsa española del 4,90%.

Buen detalle, pero luego hay que abrir el campo de visión y la cifra ya no es tan halagüeña. El final de noviembre, que acabó el martes pasado, se saldó con unas pérdidas mensuales del 14,29%. Y con el gran angular abierto hasta enero, el retroceso del conjunto de valores cotizados en la bolsa española se ha encaramado hasta el 17,03%.

Durante la sesión de ayer pesaron dos hechos relevantes. Mientras los mercados operaban en horario europeo, se supo que las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo de mantener la liquidez para los bancos estaban garantizadas para los próximos meses. Se sabía de sobras también, aunque no entraba en el plano de lo oficial, que el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, daba por bueno que se siguieran comprando bonos de países del euro con problemas (esos sí ampliamente reconocidos). El mal menor.

El segundo dato que merecía la atención de los inversores era ya del otro lado del Atlántico, la evolución del paro en Estados Unidos. La cifra no fue la esperada, porque el desempleo en EEUU ha remontado hasta el 9,4%. También aquí se aplicó la comparación por escala mensual. El dato significaba el mayor desempleo desde julio. En vísperas del gran mes del consumo iniciado con el Día de Acción de Gracias, que el desempleo no remita es mal augurio.

Pero siempre hay algún analista dispuesto a impedir que acabe mal la semana. El de ayer fue que la conjunción de un dato positivo (el anuncio de Trichet) y uno negativo (el paro en Estados Unidos) era preferible a la indecisión de los mercados. Mejor comprar o vender que quedarse quieto. Así se consiguió, por ejemplo, que el Ibex cerrara en 10.014 puntos . De paso una buena noticia para Zapatero. Casi todas las empresas que acudieron a la cita de hoy hace una semana ayer estaban alcistas.