"Humanismo, espíritu trascendental y pragmatismo para la reorientación de la obra social". Bajo esa línea argumental expresada ayer por el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, la entidad aportará en el 2005 a la obra social 255 millones de euros (42.428 millones de pesetas), lo que significa un incremento del 44,1% con respecto al año anterior.

La cuantía representa el 25% del beneficio del Grupo La Caixa en el 2004 y alcanza el 43% de las ganancias de la caja de ahorros. "Obtener beneficios sí --resumió ayer Fornesa--, pero para devolverlos a la sociedad".

El grupo financiero catalán inició en el 2004 la reorganización de su estrategia para acentuar la vocación social. "Es el verdadero fruto, nuestra función principal", sostuvo el directivo. El plan estratégico aprobado por el consejo de administración marca la directriz por la que se guía ese nuevo rumbo hasta el 2007. "En estos tiempos que se habla de responsabilidad social y corporativa, la de La Caixa no es nueva. Es vocacional, fundacional y estatutaria", sentenció. Uno de los propósitos del grupo financiero es que prevalezcan los programas socio-asistenciales sobre los culturales.