El envejecimiento general de la población de la UE reducirá a la mitad su capacidad de crecimiento económico a lo largo de los próximos 50 años si no se reforman las políticas actuales, según afirmó ayer la Comisión Europea en su informe sobre el balance económico del 2002.

La capacidad de crecimiento de la UE durante el periodo 2000-2050 pasaría del 2,5% a sólo un 1,25%, según las estimaciones del citado informe, elaborado por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes.

El envejecimiento de los hijos del baby boom de la posguerra, las bajas tasas de fertilidad y el incremento de la esperanza de vida transformarán la estructura demográfica de la población europea. Esto provocará una reducción de la población en edad de trabajar y un aumento del número de jubilados.

La reducción de la capacidad de expansión económica europea implicará también un menor crecimiento del producto interior bruto (PIB) por habitante de alrededor del 0,4% por año, precisa el informe.

Para aliviar la carga económica del envejecimiento de la población, la Comisión Europea recomienda mantener un escrupuloso rigor presupuestario y emprender ambiciosas reformas laborales y económicas.

Las medidas esenciales son: aumentar el porcentaje de población activa, retrasar progresivamente en cinco años la edad de jubilación y fomentar el crecimiento de la productividad.