En el 2010 se logrará "holgadamente" que la renta per cápita de España alcance la media de la Unión Europea (UE) de los 25 estados miembros. Así lo afirmó ayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en la presentación de la Actualización del Programa de Estabilidad de España para el periodo comprendido entre el 2006 y el 2009.

El documento, aprobado el viernes pasado por el Consejo de Ministros, eleva al 3,8% la previsión de crecimiento para el 2006 y al 3,4% la del año próximo y augura un crecimiento por encima del 3%, hasta el 2009 "como mínimo", dijo ayer Solbes. Esta proyección garantiza que España seguirá creciendo por encima de la UE en este periodo y ello permitirá lograr "holgadamente" la convergencia real en el 2010. Eso significa que se logrará el 100% de la renta per cápita media de la UE, desde el 98,8% del 2005. A más largo plazo, la Comisión Europea augura que el envejecimiento de la población reducirá a menos de la mitad el potencial de crecimiento español.

SUPERAVIT Y DEUDA El Programa de Estabilidad eleva al 1,4% del producto interior bruto (PIB) la previsión de superávit de las administraciones públicas para este año. Solbes no descartó que sea aún más elevado. Los ingresos crecen con fuerza y la presión fiscal aumentará cuatro décimas este año, hasta el 39,8% del PIB, si bien en el 2007 cederá hasta el 39,6% por la reforma fiscal del IRPF y de sociedades.

Si no se disparan los tipos de interés, habrá superávits sucesivos hasta, al menos, el 2009. El saneamiento de las finanzas permitirá seguir reduciendo la deuda pública, que finalizará el 2006 en el 39,7% del PIB, frente al 70,6% la UE. Solbes anunció que la deuda podría situarse en el 32,2% en el 2009 y por debajo el 30% en la próxima legislatura.

El Gobierno de Bruselas sitúa las cuentas públicas de España entre las más saneadas, pero, también, entre las más expuestas al riesgo del envejecimiento de la población. El gasto en pensiones se duplicará hasta el 15,7% del PIB en el 2050.

LOS RIESGOS El propio Programa de Estabilidad advierte de los riesgos para la economía. Los hay en el exterior, derivados de los desequilibrios de EEUU o del precio del petróleo (se parte de un precio medio del barril de 71 dólares en el 2007). Pero también hay riesgos internos, relacionados con el déficit exterior, la deuda de las familias y el crecimiento de la inversión en vivienda. Si los tipos de interés y los precios de la energía crecen más de lo esperado, podría darse una caída brusca del consumo y de la inversión. El déficit exterior seguirá empeorando en los próximos años. En el 2006, será equivalente al 7,5% del PIB (uno de los mayores del mundo) y en el 2009 alcanzará el 8,7%.