España es junto con el Reino Unido uno de los grandes países de la Unión Europea (UE) donde mayor competencia existe en el sector energético --todos los consumidores pueden cambiar libremente de suministrador--, según los datos de seguimiento que realiza periódicamente la Comisión Europea.

Italia y Francia, por ejemplo, apenas superan el 70% del mercado en régimen de libre competencia. De los 25 países de la Unión, sólo 10 tienen el mercado energético en régimen de libre concurrencia.

DIFICULTAD EN LA GENERACION Los aspectos más problemáticos del sistema español, según el análisis comunitario, radican en el mercado de generación eléctrica, donde existe la concentración mayor --Endesa e Iberdrola, que suman en torno al 80%-- y en el escaso peso de la importación de energía de los países vecinos, que impide una competencia efectiva en el mercado productor.

En cuanto a los precios al consumidor final, España se encuentra por debajo de la media de la UE tanto en electricidad como en gas, según las mismas fuentes. En este contexto, la oferta de compra (OPA) de Gas Natural sobre Endesa ha abierto un intenso debate sobre limitación de la competencia. Un hecho que los técnicos de la compañía gasística se han encargado de desmentir desde el primer día. Endesa cuenta con alrededor del 5% del mercado del gas y Gas Natural, con el 4% del de electricidad. Previsiblemente, el regulador, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en este caso, establecerá que tienen que desprenderse de algunos activos para autorizar la operación.

EL ANALISIS DE LA CNE Gas Natural acordó con Iberdrola la venta de instalaciones y la cesión de clientes en caso de prosperar la OPA. La CNE quiere analizar ahora este pacto para determinar si lo autoriza en su conjunto u obliga a que intervengan otros operadores, algo que desde la Administración y desde el sector se da por hecho. De todas formas, las dos compañías implicadas en la OPA "no son competidores efectivos en estos segmentos", explican los expertos. Ninguna de las dos alcanza el nivel de operador principal en estos mercados, según la última resolución de la Comisión Nacional de la Energía sobre la materia.

Su integración puede interpretarse como un nuevo grupo con una mayor capacidad inversora para mejorar negocios como la distribución, así como una maniobra defensiva para proteger al sector energético español del posible control de compañías extranjeras, según los ingenieros. Algo parecido ha sucedido en Alemania, con la concentración liderada por E.ON, la primera firma del ránking europeo. Y en Francia ocurre otro tanto, aunque en este caso el mercado está controlado por la compañía pública EDF, que en breve será privatizada parcialmente, pero tras haber realizado una intensa política inversora en Europa y de estar presente desde Alemania hasta el Reino Unido como un agente significativo en todos los mercados donde ha podido.

En España existen cinco distribuidoras y comercializadoras de electricidad y cuatro de gas con cuotas de mercado superiores al 5%, lo que sitúa al país en un nivel medio alto, según los datos de la Comisión. En el Reino Unido, el mercado más competitivo y abierto de la UE, existen seis operadores en electricidad y otros tantos en gas. La distribución es la única parte de la cadena energética no sujeta a la libre competencia y, por tanto, regulada; y es uno de los aspectos que la CNE analizará con más detenimiento cuando aborde la operación de Gas Natural sobre Endesa. Su dictamen sobre esta cuestión es vinculante.