España logró a final del 2004 un récord de producción de vino al alcanzar los 50 millones de hectolitros, una cifra superior a los 47,3 millones de la campaña anterior y que representarán casi el 20% de los 260 millones que entregan las viñas de todo el mundo. A pesar de que España es el país con mayor superficie vinícola cultivada (15,6% del total mundial), es la primera vez que se sitúa en niveles de producción similares a los de sus principales competidores como Francia e Italia.

El rendimiento de los viñedos españoles es pobre si se compara con el de la mayoría de los países productores de vino. Esta diferencia quedaría justificada si la calidad de los caldos fuera superior al del resto del mundo. En algunos casos es así, pero España lleva años inundando los mercados internacionales con vinos de mesa a granel a un precio cada vez más bajo (0,33 euros por litro). En España "se exporta mucho pero barato, estamos llenando las bodegas de los países competidores para que ellos mantengan cuota de producción en vinos más caros", dice el director general de la Federación Española del Vino, Rafael del Rey.

MENOS VALOR No sólo España reduce el alza de las exportaciones (un 16,5% en el 2004 frente al 23%), sino que el aumento del valor de estas ventas exteriores también ha sido menor (6% en el 2003 y el 5,6% el año pasado), pese a ingresar unos respetables 1.537 millones de euros hasta septiembre. España exportó en los nueve primeros meses del 2004 algo más de 1.000 millones de litros, la quinta parte de lo que produjo. De ellos, más de la mitad fueron vinos a granel con un crecimiento de casi el 35% respecto al año anterior, tendencia que se produce desde 1999.

Por el contrario, Francia exporta alrededor de 1.490 millones de litros de los que más de 1.000 millones son vinos caros. No es de extrañar entonces que Francia ingrese 3,89 euros por litro y Italia 2,05 euros, mientras que los precios españoles lleven años cayendo en espiral.

El vino español se pagaba en el 2003 a una media de 1,20 euros por litro mientras que, en los nueve primeros meses del 2004, el precio ha bajado hasta un promedio de 1,06 euros por litro, lo que representa una caída superior al 10%.

Ante este problema, los bodegueros españoles se han visto obligados a almacenar seis millones de hectolitros de la campaña 2003-2004. Y es que el consumo interno no ha dejado de bajar desde 1986 (el 38,48%). En estos 18 años, los españoles han pasado de consumir 42,67 litros per cápita a 26,25 litros. La compra de vinos de denominación de origen ha crecido el 18,2% frente a una bajada del 48,3% en los de mesa. Esta tendencia siguió hasta septiembre del 2004, con un aumento del consumo de denominación de origen (10%), cavas y espumosos (2,7%).

Los españoles consumen un 65,1% de vino de mesa y un 27,9% de vino de marca aunque más en bares y restaurantes (60%), que en casa, con una caída de casi el 3% en el 2004.