El peso de la deuda pública española ha caído de forma intensa en los últimos años, de modo que el país es ya el cuarto mejor alumno de la zona euro en esta asignatura, detrás de Luxemburgo, Irlanda y Finlandia.

En 1996, la deuda del conjunto de las Administraciones Públicas españolas equivalía al 66,8% del producto interior bruto (PIB). En el 2005 ya solo representaba el 43,2% de la producción nacional. Todos los cálculos prevén que el 2006 acabe en el 41,9%. En total, una caída de 25 puntos de PIB, cinco veces más que la lograda por el conjunto de la zona euro, donde la deuda pasó del 75,1% del PIB en 1996 al 70,8% en el año 2005.

Muchos factores han contribuido a la favorable evolución de la deuda pública en España. El déficit público se ha ido corrigiendo año a año, hasta el punto de que el pasado 2005 se cerró con superávit "por primera vez en la historia de la democracia", según enfatiza el Gobierno. La corrección del déficit conlleva una menor necesidad de endeudamiento.

Pero, además, el intenso crecimiento de la economía española experimentado en los últimos años, acompañado de elevadas tasas de inflación, ha ayudado a corregir esta estadística.

CIFRAS ABSOLUTAS En realidad, el volumen de deuda, en cifras absolutas, ha crecido en los últimos años. Ha pasado de los 316.643 millones de euros de 1996 (52,7 billones de las antiguas pesetas) a 390.277 millones a finales del 2006 (unos 65 billones de pesetas), lo que supone un crecimiento del 23%.

Sin embargo, si este crecimiento del 23% se pone en relación con el aumento del 90,8%, experimentado por el PIB en estos años, el peso de la deuda disminuye claramente.

EFECTO ´BENEFICO´ Desde 1996, el PIB español a precios de mercado casi se ha duplicado, al pasar de 473.826 a 904.323 millones de euros. En términos reales, el crecimiento medio de la economía en estos años ha sido del 3,5%. Sin embargo, si se tiene en cuenta la inflación, el crecimiento nominal ha sido del 7,2%.

La elevada inflación ha tenido un efecto benéfico para las estadísticas, pues es un factor que explica la disminución del peso de la deuda. Si la inflación media de los 10 últimos años hubiera sido del 1,6% (media de la zona euro) en lugar del 3% (media española), la corrección del peso de la deuda habría sido algo menor.

Con datos del 2005, Luxemburgo es el país con menor peso de su deuda (el 6,2% de su PIB), seguido de Irlanda (27,6%), Finlandia (41,1%) y España (43,2%). El extremo opuesto lo ocupan Grecia (107,5%), Italia (106,4%) y Bélgica (93,3%). De los cuatro mejores, España es el único que prevé seguir aligerando su deuda. Según el Programa de Estabilidad, la deuda de España se situará en el 36% del PIB en el 2008, solo por detrás de Luxemburgo e Irlanda.

LA REDUCCION DE TIPOS La pronunciada rebaja de los tipos de interés desde la incorporación de España a la Unión Monetaria ha permitido reducir los gastos financieros. En el año 1999, el pago de intereses absorbía el 2,9% del PIB. En el pasado 2005, apenas el 1,6%. Además, los tipos de interés más bajos han impulsado una política de recompra de la deuda pública más cara, a cambio de emitir deuda nueva más barata. Según los datos del Tesoro, desde 1997 se han preamortizado unos 56.000 millones de euros.