"Nos unen el gusto por el pescado, las fiestas y que somos pueblos longevos". Esos son los principales vínculos entre Japón y España, según Pablo Bravo, presidente de la Sociedad Estatal de Exposiciones Internacionales (SEEI). En un afán por aumentar las posibilidades de penetrar en ese potente mercado, el Instituto de Comercio Exterior y otras instituciones han promovido un estudio sobre la imagen de España en Japón. Pero queda trabajo por hacer antes de acudir a la Expo de Aichi del 2005, ya que los lazos entre el país del sol naciente y el de la piel de toro hoy apenas son de "simpatía difusa", dice Bravo.

España supone sólo el 0,8% de las exportaciones japonesas y el 0,4% de las importaciones y, con las excepciones de Zara y Loewe, apenas hay presencia empresarial española en el país. En España hay 200 empresas japonesas, 160 en Cataluña. El comercio exterior de Japón con Alemania supone el 4% del total, el de Francia, casi el 2%, el del Reino Unido, más del 2% y el de Italia, el 1,5%. El listón está alto.

El estudio, presentado en el Séptimo Foro España-Japón en Barcelona, fue realizado por el Instituto Gallup a través de 1.200 entrevistas. El 28% de los encuestados relacionan España con toros; el 19%, con el flamenco, y un 7%, con la pasión. En cuanto a los españoles, son vistos mayoritariamente como "tradicionales, religiosos, divertidos, perezosos, egoístas y groseros, pero también fiables", explica Javier Noya, su autor.

Los entrevistados asocian España con el color rojo, Gaudí, el Quijote y la Sagrada Familia. El terreno comercial está virgen. El 80% desconocen marcas españolas y las únicas que citan son Loewe, Zara y Lladró. Aunque el pescado, el aceite y las olivas son los productos por los que creen famosa a España, la mayoría entiende que "sólo puede competir con Italia en el aceite". De una lista de 23 productos, opinan que tienen opciones el aceite de oliva, el vino y los espumosos o los productos de piel y el jerez. Los que menos, maquinaria, medicinas, teléfonos y electrodomésticos.