Los trabajadores españoles, por el momento, son los que están perdiendo más capacidad de compra en la Europa Occidental, si se exceptúa a Bélgica y a Luxemburgo.

La inflación está provocando por quinto año consecutivo un deterioro de los salarios aunque, si se cumplen las previsiones de los expertos, al final del 2008 puede mitigarse. Los índices armonizados sobre el IPC de Eurostat solo llegan hasta julio. En ese mes, los precios en España sufrieron una subida del 5,3%, la tercera mayor entre los grandes países europeos. Frente a este considerable empeoramiento, el incremento medio de los salarios, teniendo en cuenta todas las categorías profesionales --incluidos directivos--, apenas si fue del 4,4%, según un estudio de la consultora Watson Wyatt. Por tanto, los empleados españoles han perdido casi un punto de poder adquisitivo.