El fuerte ritmo de crecimiento de las inversiones públicas que se produjo en España a principios de los 90 sufrió un frenazo con la llegada del PP al poder a mediados del decenio, según las conclusiones de un informe presentado ayer por la Fundación BBVA. El estudio advierte de los graves riesgos que supone para la economía el mantenimiento de esta tendencia, que podría desembocar en "estrangulamientos" similares a los de "periodos pasados".

El documento, que analiza la evolución del estoc de capital entre 1964 y el 2000, señala que "el mayor ritmo inversor de las Administraciones Públicas" en la primera mitad de los 90 fue decisivo para que el capital público pasara en esos 26 años de representar el 11% del volumen total al 19%. En el decenio pasado, las infraestructuras públicas experimentaron un aumento del 57%, frente al 31% de incremento del capital privado. Mientras que el capital público creció a una tasa media del 4,6%, el privado lo hizo en un porcentaje del 2,75%.

No obstante, el informe precisa que el avance del "peso relativo" de las inversiones públicas "se estanca" en la segunda mitad del decenio, al producirse una "convergencia" entre las tasas de crecimiento del capital privado y público. Y es que este último pasa de porcentajes cercanos al 9% en 1900 y 1991 a tasas por debajo del 4% y ligeramente superiores a las del capital privado.

TENDENCIA PELIGROSA

El estudio achaca esta aproximación al mayor dinamismo del sector privado y al ritmo "decreciente" de la inversión pública, maniatada por la política de "control del déficit". Si esa tendencia se mantiene, añade, "lo que sucederá es que las infraestructuras públicas no seguirán el ritmo de expansión del capital privado".

"Ese escenario no es deseable, porque podría significar la aparición de nuevos estrangulamientos y disfunciones derivados de una insuficiente dotación de infraestructuras", sentencia.