Las bolsas europeas se tomaron un respiro. Aprovechando las subidas del viernes, gracias al dato de empleo en EEUU, los operadores hicieron caja pensando en una semana que se presenta cargada de datos macroeconómicos y referencias empresariales. El Ibex perdió el 0,22%, hasta los 10.923 puntos, lastrado por los grandes valores.

El papel nunca fluyó en exceso, lo que permitió a los principales selectivos europeos minimizar los daños. Las espadas siguen en todo lo alto, aunque el selectivo español va a tener que luchar contra la escasez de volumen. La contratación no llegó a alcanzar los 1.000 millones. La semana se presenta muy movida, especialmente al otro lado del Atlántico, razón de más para no malgastar fuerzas tratando de nadar contracorriente. La agenda será intensa: la productividad, los costes laborales y el comercio al por mayor, hoy. El miércoles, los comentarios del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal y la producción industrial de la zona euro. El jueves, las ventas minoristas americanas y el PIB de la eurozona. Y para terminar la semana, el viernes, el dato de la inflación a ambos lados del Atlántico y el sentimiento del consumidor americano.

Ante las expectativas, los analistas recomiendan extremar la prudencia en este mercado de agosto, porque los selectivos necesitan consolidar las fuertes subidas de las últimas semanas. Y es que los expertos dan por sentado que la corrección llegará si los datos, especialmente los de consumo, no aportan suficiente optimismo.

Por lo que respecta a la evolución del mercado español, los grandes valores arrojaron pérdidas. Con los grandes inversores institucionales de vacaciones, los blue chips se decantaron por las ventas. Telefónica, Iberdrola, Santander, BBVA y Repsol acabaron con descensos, aunque el retroceso no llegó a superar el 1%. El peor valor fue Arcelor Mittal, todo lo contrario que Endesa, OHL y Acciona, que consiguieron acabar con alzas cercanas al 3%.