Por un motivo u otro, los carburantes, situados en precios sin precedentes, comienzan a provocar conflictos. Los empresarios de gasolineras han previsto cerrar el próximo 25 de mayo para protestar por las políticas de precios de Repsol y de Cepsa.

La decisión afecta a unas 4.000 gasolineras de España, casi la mitad de las existentes --las afiliadas a la Confederación Española de Estaciones de Servicio (CEEES)--. Con la protesta pretenden denunciar que las petroleras no dejan libertad de precios a las estaciones abanderadas, pese a que así lo establece el Tribunal de Defensa de la Competencia.

Juan Miguel Prats, presidente de la CEEES, asegura que el sector defiende un mercado competitivo. "Queremos que las petroleras nos vendan al mismo precio que a sus gasolineras propias o a las grandes superficies. La situación es tal que las nuevas gasolineras ya solo las construyen las petroleras", dice. La Federación de Industrias Afines de UGT apoya la reclamación de libertad de venta "por su impacto negativo en los resultados del sector", aunque advierte de que vigilará que el cierre "no repercuta negativamente en los trabajadores".

DESDE EL 2001 Según la resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC), Repsol debe dejar de fijar los precios en sus gasolineras abanderadas. Dispone de dos meses para hacerlo. A la vez, la Comisión Europea anunció que Repsol había accedido a liberar a las estaciones con contratos de suministro en exclusiva de larga duración, a cambio de una contraprestación.

En mayo del 2001, el TDC multó a Cepsa y a Repsol por imponer los precios en las abanderadas, pero ambas recurrieron, hasta perder todos los recursos. Fuentes de Repsol afirmaron que la compañía demostrará en dos meses que cumple la obligación. "A los comisionistas se les dan unos precios máximos y ellos pueden subir o bajar precios con cargo a su comisión".

TABACO Y ALCOHOL Las mismas fuentes atribuyen la protesta a que "aproximadamente el 60% de las ventas en las gasolineras son de artículos no relacionadas con los carburantes". Los propietarios reclaman poder vender tabaco, prohibido desde el 1 de enero, así como bebidas alcohólicas. Solo la pérdida del tabaco supone entre 80 y 100 millones menos de facturación.

Los gasolineras aseguran que las petroleras siguen fijando los precios. Prats afirma que la comisión se mantiene invariable en 3,6 céntimos por litro (seis pesetas), mientras que sí sube la retribución variable, que se recibe "si se trabaja con un determinado banco, tarjeta o si se hacen determinadas inversiones".