La historia no cambia de repente, pero hay momentos concretos en que los detonantes hacen que gire. Para General Motors, una compañía nacida hace un siglo y que durante 77 años fue la mayor automovilística del mundo, el presente y el futuro se han labrado durante décadas, primando coches de alto consumo con amplio margen de beneficio, triunfando en Washington con el freno a legislaciones inconvenientes, creando un sistema de prestaciones sociales que hizo que la compañía se conociera como Generosos Motors, quedando atrás ante la competencia... Y el punto de inflexión llegó a las 23.59 horas del martes, cuando la reorganización bajo la ley de bancarrota se convirtió en una opción casi inevitable.

Un minuto antes de la medianoche era cuando expiraba el plazo para que la compañía alcanzara un acuerdo con los tenedores de bonos, con casi 20.000 millones de euros de la deuda de General Motors en sus manos. Y no hubo pacto, sino rebelión de quienes se consideran maltratados respecto a otros acreedores.

DE PLAZO HASTA EL LUNES Tras semanas de negociaciones, que arrancaron el 27 de abril, los que se mostraron dispuestos a cambiar cada 718 euros de bonos por 225 acciones (lo que representaría un 10% de la compañía) fueron "sustancialmente menos" del 90% que había requerido la Administración de Barack Obama a GM para inyectarle más fondos. Y aunque la dirección anunció una reunión para decidir los siguientes pasos, lo inminente es acogerse al capítulo 11 de la ley de bancarrota y reorganizarse bajo su protección. El próximo lunes acaba el plazo dado por el Gobierno para presentar un plan de viabilidad que incluyera reducción de deuda, recorte de costes laborales y cierre de plantas, pero los primeros pasos podrían adelantarse al fin de semana.

Washington deberá inyectar para esa reestructuración unos 22.000 millones de euros, que se sumarán a los cerca de 15.000 millones que ya ha dado al gigante de Detroit, y la participación del Gobierno en la nueva GM podría ascender al 70%. El Gobierno canadiense aportará también, a interés más bajo, 6.500 millones de euros.

ACUERDO SINDICAL El otro pilar de la nueva compañía será el principal sindicato de trabajadores. El martes, la dirección de United Auto Workers informó de que ha accedido a que el fondo establecido para prestaciones médicas a los jubilados se haga con un 20% de General Motors. A cambio, acepta reducir las obligaciones de la compañía automovilística, que en el 2007 comprometió 25.000 millones de dólares en ese fondo.