El Gobierno francés confirmó ayer a la Comisión Europea que intentará evitar la inminente quiebra o desintegración del grupo industrial Alstom mediante una aportación de capital que le dará en torno al 30% del capital de la compañía.

El ministro de Economía, Francis Mer, informó al comisario europeo de la Competencia, Mario Monti, de que el Estado pretende convertirse en el primer accionista de la empresa, conocida por sus trenes de alta velocidad, barcos de crucero y centrales eléctricas, mediante la suscripción de la mitad de una ampliación de capital de 600 millones de euros (casi 100.000 millones de pesetas) a corto plazo.

EN MANOS DE LOS BANCOS

La ampliación está condicionada a que los bancos a los que Alstom debía a comienzos de julio 4.900 millones de euros (815.291 millones de pesetas) acepten un nuevo escalonamiento de los pagos. Los franceses BNP Paribas, Société Générale y Crédit Agricole confirmaron que están de acuerdo con la operación, y otras entidades podrían sumarse a la iniciativa.

Para que Bruselas acepte el plan de viabilidad el Gobierno francés deberá garantizar que la empresa será rentable a medio plazo. En unos primeros momentos, fuentes próximas a Monti mostraron un cierto escepticismo con la propuesta de París, ante las dudas de que los inversores privados estén dispuestos a afrontar una ampliación de capital de ese calibre.