La economía de EEUU decreció en el primer trimestre del año el 6,1% en tasa anual, según los datos preliminares difundidos ayer por el Departamento de Comercio del país. La caída supone una ligera mejora respecto el 6,3% que se registró en el último trimestre del 2008, y es más acusado de lo que esperaban los mercados, que apostaban por una contracción de la economía de cerca del 5%.

Los datos, pues, demuestran que la crisis aún es una dura realidad. Es la primera vez en 34 años que el producto interior bruto (PIB) desciende tres trimestres consecutivos y esta vez, además, se produce después de que el consumo haya aumentado en el primer trimestre el 2,2%, después de haber caído en el anterior el 4,3%. El problema es que esta subida del consumo no ha podido con el descenso de los bienes almacenados por las empresas, el gasto público y la construcción. Desde el sector del comercio, la mala noticia la dio el brusco descenso del 30% en las exportaciones, pero como las importaciones también cayeron, el balance es positivo.

El descenso en las exportaciones es visto con preocupación, ya que la venta al extranjero es uno de los motivos de que la recesión no haya sido aún más acelerada. El IPC da señales para cierto alivio, ya que una moderación de su descenso ahuyenta los temores a una deflación.