Una de cal y otra de arena. El Departamento de Trabajo anunció ayer que la primera economía del mundo destruyó 85.000 empleos en diciembre, aunque la tasa de paro permaneció estable en el 10% registrado en noviembre, mes en el que, según las cifras del Gobierno, se creó empleo por primera vez desde que comenzó la recesión.

Con estos datos, por unas horas Barack Obama dejó a un lado el terrorismo y la seguridad, para referirse a los últimos datos del paro y recordar nuevamente a los estadounidenses que en la senda de la recuperación aún hay obstáculos que obligarán a seguir trabajando día a día.

Para ello, el presidente volvió a reiterar su apuesta por el sector de las energías limpias y anunció 1.600 millones de euros del plan de estímulo en nuevos créditos para financiar 200 proyectos de energía solar y eólica que podrían ayudar a crear decenas de miles de empleos verdes. Obama también pidió al Congreso 3.500 millones de euros para seguir impulsando las energías limpias.

El consenso de los analistas situaba el desempleo en dos dígitos, pero ayer nadie estaba para celebraciones. Hilda Solis, responsable del Departamento de Trabajo, reconocía que las listas del paro siguen engordando, aunque invitaba al optimismo, al recordar que hace un año se destruían 700.000 empleos.