En los últimos años, las empresas han tirado del carro del consumo de productos tecnológicos. Ahora, el turno es de las familias, que en el segundo trimestre del 2005 compraron el 37,6% más de ordenadores en España, según la consultora IDC, y que están disparando la demanda de los aparatos que, sobre todo con finalidades de ocio, reproducen o almacenan archivos digitales (que han sido manipulados por un ordenador).

El mercado de estos dispositivos, que pueden guardar miles de canciones y fotos y decenas de películas, y los PC, se están beneficiando del arraigo de los programas informáticos que permiten descargar música y cine al disco duro del ordenador y de la popularización de las cámaras de fotografía digital. El descenso de los precios de las memorias --flash, con menos capacidad, o de disco duro-- ha sido otro detonante y el resultado de esta fiebre consumista.

El perdedor de esta revolución es la industria discográfica, ya que la proliferación de los lectores de MP3 (el archivo digital más generalizado para comprimir una canción) remacha el declive del CD de música original. Las fronteras entre la informática y la electrónica son cada vez más difusas, de tal manera que los fabricantes de electrónica de consumo, tradicionales reyes del ocio, se están poniendo al día con artículos de perfil más informático. Marcas clásicas como Sony y Philips se esfueran por atender la nueva demanda, mientras Apple y Creative están pegando fuerte.

EL BUQUE INSIGNIA El reproductor de MP3 es el buque insignia de los nuevos productos. Según la consultora GFK-Emer, la cifra de aparatos vendidos en España se multiplicó por siete de junio del 2004 a mayo del 2005 en comparación con los 12 meses previos. En el 2004, se comercializaron en Europa 22 millones de unidades (portátiles, domésticos y de coche), una cantidad que subirá el 40% este año, según IDC.

El iPod, el icónico lector de MP3 de Apple (el fabricante de los ordenadores Mac), viene a ser lo que fue hace dos décadas el Walkman de cinta de cassette de Sony. Se han vendido más de 20 millones de unidades en todo el mundo. "El potencial es enorme: en su momento se vendieron 300 millones de Walkmans ", afirma Paco Lara, de la filial de Apple. Baste tener en cuenta un dato: su empresa ya vende más iPods que ordenadores.

Los aludes de archivos de MP3, fotográficos o fílmicos también han causado un incremento de las ventas de las tarjetas de memoria para las cámaras digitales, de las memorias USB --del tamaño de un mechero, capturan y trasladan archivos de un ordenador con sólo conectarlas al PC-- y de los discos duros externos. Estos últimos almacenan los archivos que no caben en el disco duro y sirven para hacer copias de seguridad.

LAS MEMORIAS USB "Estamos registrando crecimientos del 90% en memorias USB y del 80% en discos duros externos", dice Gema Manzanero, de la cadena informática PC City. "La demanda de discos duros externos se multiplica. La gente necesita capacidad de almacenamiento", afirma Frédéric Jombart, de FNAC España. Las ventas mundiales de las memorias USB, de 4.000 millones de dólares anuales, crecen a un ritmo del 100%.

¿Cómo se entiende este boom en un mercado como el español, tan rezagado en compras tecnológicas hasta hace poco y en la cola de uso de internet? Una explicación es que los usuarios de los cuatro millones de conexiones de internet de banda ancha del país son los más adictos de Europa a los programas de intercambio de archivos digitales, llamados P2P (de persona a persona). Así, los españoles son los que más descargas de música, cine y otros contenidos deben guardar y reproducir.

Como el disco duro de los ordenadores se queda pequeño, los usuarios adquieren CD o DVD vírgenes --la compra de DVD grabables aumenta el 30%-- y discos duros internos o externos. Y sienten una especial fiebre por los reproductores de MP3, que permiten escuchar la música que se han bajado de internet o que han digitalizado (convertido al formato MP3) a partir de los CD originales.

Las descargas de internet, la mayoría ilegales al quebrantar el derecho a la propiedad intelectual, suponen más de la mitad del tráfico mundial de datos. Se estima que los internautas se bajan 2.600 millones de canciones al mes y 400.000 filmes al día.