Que la zona euro tenga que salir al rescate de un país miembro para evitar su bancarrota no parece una buena noticia. Sin embargo, es justo lo que los mercados están deseando que pase. Con la misma intensidad, además, con la que hace unas semanas hubieran calificado de pesadilla la situación actual.

Pero los mercados son así de suyos. En la bolsa de valores se comercia con expectativas de beneficios y pérdidas, no siempre lógicas en ninguno de los dos sentidos. Y los inversores dan por sentado después de un fin de semana de rumores que a Irlanda no le va a quedar más remedio que acudir al fondo de rescate comunitario para solventar su situación y, de paso, para frenar el efecto dominó que sus problemas causan en el resto de países periféricos de la moneda común. Dado por hecho el rescate, las bolsas rebotaron ayer con alegría compradora, después de una semana pasada para olvidar. Pero precisamente por ello da un poco de vértigo pensar qué pasaría si finalmente se niega a ser rescatada. "Tenemos absoluta confianza en nuestra capacidad para gestionar nuestra economía; fue muy duro ganar la soberanía y este Gobierno no la va a entregar a nadie", ha declarado el ministro irlandés de Empresas, Batt O´Keeffe.

Por si fuera poco, pero en un sentido totalmente distinto, el Gobierno portugués ha comenzado a lanzar pequeños gritos de socorro. Que si podrían sacar al país del euro, que si existe un "algo riesgo" de tener que pedir ayuda externa. Ojalá no comiencen a ganar volumen. Puede que no, porque se interpretan como una medida de presión para que la oposición apruebe las reformas y el recorte del gasto.

Sin embargo, ayer, el Royal Bank of Scotland auguraba que Irlanda será rescatada en dos semanas, Portugal en un mes, y que el Banco Central Europeo (BCE) comprará deuda española, porque el país es demasiado grande para ser rescatado. Para muchos otros analistas, es cuestión de horas.

Y todas esas expectativas de frenar el dominó, pues gustan. Ayer los diferenciales de los bonos español (196 puntos básicos), portugués (414) e irlandés (537) con el alemán de referencia se relajaron. A eso se sumó un buen dato de ventas minoristas en Estados Unidos, y el Ibex 35 subió el 1,2%, hasta los 10.349,7 puntos, con los bancos de apoyo. Más que la media europea (0,9%), porque también sufrió más antes.

Hay que esperar. Pero mañana el Tesoro prevé colocar hasta 5.500 millones en bonos y el jueves hasta 4.000 millones en obligaciones. Una buena prueba de fuego para calibrar el alcance del dominó.