España es el segundo país de la UE con más oficinas bancarias por habitante, aproximadamente una por cada 990 ciudadanos, solo por detrás de Italia. La crisis, sin embargo, afectará a la atención bancaria que recibe la población. Los expertos calculan que el sector financiero, que contaba con 46.221 sucursales al cierre del tercer trimestre del año pasado, cerrará este ejercicio unas 1.000 oficinas.

"El euríbor ha descendido y los márgenes de intermediación han caído mucho, y van a caer mucho más. Si no se reducen los costes, es imposible mantener la rentabilidad y los resultados", dice Joaquín Maudos, profesor de la Universidad de Valencia y autor de un estudio de la Fundación BBVA sobre el sector.