El director general del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), Jesús Ruiz-Huerta, recomendó ayer en el Senado reducir progresivamente las deducciones de impuestos que se aplican a la compra de la vivienda con el objetivo de adecuarse al contexto internacional y contribuir al crecimiento económico.

Todos los organismos oficiales internacionales muestran reticencias con respecto a la utilidad de estas desgravaciones fiscales, explicó Ruiz-Huerta. El Gobierno tiene previsto moderarlas suavemente en la reforma fiscal que se encuentra en trámite parlamentario, porque eliminarlas de golpe supondría que muchos ciudadanos que las disfrutan se harían "el harakiri", afirmó.

REDUCCION PROGRESIVA Ruiz- Huerta recordó que ningún Gobierno anterior se atrevió a recortar las deducciones fiscales por adquisición de vivienda. La nueva reforma prevé una minoración muy progresiva de estas ayudas aunque, en general, las modificaciones fiscales que introduce la ley son "modestas". A cambio, simplificará y homogeneizará la tributación, incentivará la economía y elevará el gasto de las familias, dijo.

A su juicio, las novedades fiscales que el Gobierno pretende introducir beneficiarán a 995,4 contribuyentes de cada 1.000, con una rebaja media del 6% y hasta de un 17% para el 60% de los ciudadanos. Solo el 2% de ellos pagará más impuestos, la mayoría porque obtienen plusvalías.

Al aumentar los tipos del IRPF mínimos, el 40% de los contribuyentes (un total de siete millones) --aquellos que tienen rentas más bajas-- no tendrán que tributar, y un 70% lo harán a un tipo único, que será más bajo.

También Ruiz-Huerta aseguró que la nueva ley beneficiará a los trabajadores con hijos y permitirá un tratamiento más equitativo a las circunstancias personales de las familias, con lo que también se favorecerá el ahorro, aseguró el responsable del IEF.

El senador del PNV, Francisco Maqueda, manifestó ayer sus temores con respecto a que la reforma no sea definitiva y vuelva a revisarse si se produce un cambio de Gobierno.