La región producirá 1.420.694 toneladas de cereales este año, según las estimaciones de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), que prevé una "muy buena" cosecha nacional de cereal, con 21,2 millones de toneladas y unas espectativas de comercialización más tranquilas que en la pasada campaña aunque con precios altos.

El director de cereales de CCAE, Antonio Catón, explicó ayer que la cosecha de cereal este año se ha retrasado entre 20 días y un mes, debido a los cambios climatológicos, por lo que aún queda bastante grano por recoger, sobretodo en Castilla y León que es la principal productora española de cereal. A su vez destacó que al final de campaña quedan unas existencias en poder de las cooperativas de más de dos millones de toneladas, negando que este remanente se deba a un interés especulativo por parte de los cooperativistas.

Además insistió en que las cooperativas tienen que garantizar el abastecimiento de grano a lo largo de todo el año, ya que al mes se consumen más de dos millones de cereales, por lo que la costumbre es vender un 10% de la cosecha cada mes. Por consiguiente señaló que el mercado del cereal está prácticamente liberalizado y que los precios vienen marcados por aspectos mundiales como las previsiones de cosecha, la climatología, las existencias, el uso para biocombustibles o la crisis financiera.

De cara a la campaña de comercialización CCAE prevé que sea más tranquila que la del año anterior, con tendencia bajista en el inicio, por la concentración de la oferta, sin volver a los niveles del enlace de la campaña anterior y marcada por una gran volatilidad hasta el final. Esta volatilidad se deberá a la influencia de las informaciones acerca de la evolución de las cosechas en el Mar Negro y el cono Sur, los precios del petróleo, y la climatología, que son los aspectos fundamentales que marcan los precios internacionales y nacionales de los cereales.

Así en el caso del mercado nacional de trigo se estima que el exceso de oferta por las buenas perspectivas en Europa y el regreso a los mercados de Ukrania, Rusia y Azerbayan, sobre todo en forrajeros marque una tendencia a la baja a partir de los 228 euros por tonelada (precio sobre camión destino) y una gran volatilidad a medio y largo plazo.

En el caso del maíz, el comportamiento parte una situación alcista y volátil en las últimas semanas debido a las informaciones de las lluvias en el cinturón del maíz estadounidense, aunque la gran competencia que tendrá este grano con los forrajeros y las cebadas le hará mantenerse estable en el medio y largo plazo. En el caso de la cebada comienza una campaña de comercialización marcada por el exceso de oferta que determina una tendencia a la baja ante las previsiones de buenas cosechas en el Mar Negro.

A pesar de que los datos de partida a nivel mundial para la campaña de cereales son bastante halagüeños, CCAE cree que los precios se mantendrán altos, y en ningún caso por debajo de los 180 euros por tonelada, ya que cuando bajen de ese umbral la Comisión Europea restablecerá los aranceles a la importación. En el mundo se producen 1.700 millones de toneladas de cereal, en la UE-27, 290 millones y en España 21 millones de toneladas.

España consumió, en la pasada campaña del 2007-2008, 31,3 millones de toneladas, de las que 18 millones fue para pienso, 4,85 millones se consumieron en harinas para consumo humano, 1,3 millones se destinaron para semillas, 1,2 millones se transformaron en etanol y 1,87 millones se emplearon en otras utilizaciones. Además de estas transformaciones industriales, en las explotaciones de los agricultores y ganaderos se consumieron más de 3 millones de toneladas. España importó más de 12 millones de toneladas, el 90% de terceros países y más de la mitad, siete millones de toneladas, fueron de maíz y de trigos blandos (2,3 millones de toneladas).