La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha corregido su última previsión de caída para el mercado español del automóvil, establecida hace tres meses en el 9% (2% a principio de año), y la ha llevado al 20%. Este anuncio ha protagonizado la presentación del nuevo presidente de Anfac, Francisco Javier García Sanz, presidente del Consejo de Administración de Seat y vicepresidente del grupo alemán Volkswagen, quien no descartó que en septiembre se corrijan otra vez las previsiones con los nuevos datos de ventas en los meses de verano.

García Sanz explicó en su intervención, en la que mostró algunas de las preocupaciones de la industria del automóvil, que ayer había expresado al ministro de industria Miguel Sebastián que la caída del 20% situaría las ventas en 1,3 millones de unidades de turismos. La previsión de caída para los vehículos comerciales ligeros, añadió el nuevo presidente de Anfac, es superior y se ha cifrado en un 30% para los de menos de 3,5 toneladas y del 27% para los de más de 3,5 toneladas.

Éste es el panorama para este año y probablemente para el que viene, agregó García Sanz, si no se toman medidas drásticas para combatir la desaceleración de la economía española. Sin embargo, en producción, las fábricas españolas prevén cerrar el ejercicio con el mismo números de unidades fabricadas que el año pasado, con cerca de 2,9 millones de vehículos.

Esta previsión se ha calculado con la esperanza de que la industria española pueda recuperar la pérdida del 15% de producción sufrida por la reciente huelga de transportistas, porque más del 80% de lo producido se destina a la exportación, y fuera de España la crisis de ventas no tiene la misma dimensión que en el mercado español. En consecuencia, en las 18 fábricas españolas, si se cumple la previsión de producción, el empleo no estará afectado, aunque podría estarlo si España no recupera la pérdida de competitividad por factores como la logística, la inflación, la formación profesional y el absentismo, entre otros muchos factores.

García Sanz mostró especial preocupación por la formación profesional, ya que la industria española ha invertido el pasado ejercicio 62 millones de euros y lo retornado de la Administración sólo es el 8% de los costes totales. El absentismo ocupó una gran parte del discurso del nuevo presidente de Anfac, porque el año pasado represento el 7% del total, un récord histórico, con la pérdida de 6,7 millones de horas de trabajo, 300.000 horas más que en el ejercicio anterior.

Este índice es el más elevado de la industria, frente a Francia, con un 4%; Rumanía, un 1,5%; Turquía, con un 1,2%, o Japón y China, con un 1%. Sobre los efectos beneficiosos del Plan VIVE, García Sanz dijo que hay que esperar a conocer su aplicación y si cuenta con el apoyo de los bancos, aunque avanzó que no cree que esté operativo hasta septiembre.