Los fabricantes de coches advirtieron ayer en el Salón del Automóvil de Barcelona --que mañana abre al público-- de que las plantas de producción en España sólo tienen asegurado el futuro a corto plazo. El presidente de la asociación española de fabricantes (Anfac), Juan Antonio Fernández de Sevilla, afirmó que España "tiene que demostrar que es un país atractivo" en flexibilidad y costes para que las multinacionales inviertan.

El descenso de la producción en un 15,2% en el primer trimestre ha encendido de nuevo las señales de alarma del sector, que ha reclamado con urgencia la puesta en marcha de reformas para mejorar la competitividad. Los mecanismos internos de flexibilidad en las fábricas han permitido por ahora amortiguar la caída de producción, aunque Fernández de Sevilla ve riesgos para el empleo. En el caso de Renault, ayer se suprimió un tercer turno de 300 personas para fabricar el Modus en Valladolid.

A diferencia de los años anteriores, las compañías no están en disposición de pagar prejubilaciones y bajas incentivadas, por lo que confían en que el Gobierno pase de la comprensión manifestada por el ministro de Industria --al afirmar que hay "nubarrones" en el sector-- a la aprobación de reformas.

Una de las medidas que reclama el sector es un contrato laboral de unos seis años para que esté adaptado al ciclo de producción de un modelo. En los últimos cinco años, el sector ha destinado 8.500 millones de euros a nuevos modelos y a renovar las plantas de España y tiene comprometidas inversiones hasta el 2006, según el sindicato CCOO.

UN EURO MENOS El consejero delegado de Nissan Motor Ibérica, José Vicente de los Mozos, indicó que para producir nuevos modelos en los próximos años hay que seguir reduciendo costes. "Un coche producido en Europa tiene que ser más barato, como mínimo un euro, que otro fabricado en Asia", afirmó.