Las familias francesas fuertemente endeudadas podrán declararse en quiebra. Para acabar con la "espiral infernal" del sobreendeudamiento de algunas familias, el ministro francés delegado para los Asuntos Ciudadanos, Jean Louis Borloo, presentó ayer un proyecto de ley que instaura una especie de quiebra civil para los particulares, denominada "recuperación personal", que puede conducir incluso a la anulación total de la deuda "en caso de gran necesidad". La "suspensión de pagos personal" existe ya en el noreste de Francia y debería extenderse a todo el país el 1 de enero del próximo año.

Se calcula que más de 1,5 millones de familias se encuentran al borde de la bancarrota. Borloo ha impuesto su proyecto pese a la oposición de los ministerios de Economía y Justicia. El proceso de quiebra es costoso, ya que el interesado debe desembolsar 1.500 euros (250.000 pesetas) para iniciarlo.