Las familias españolas son propietarias del 23,6% de las acciones cotizadas en la bolsa española, "apenas cinco décimas menos que en el 2004", según Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME).

El dato se compara con el 2004, porque es el último contabilizado por la Federación Europea de Bolsas. Aproximadamente, una de cada tres familias tiene valores en las bolsas.

Las cifras, según Zoido, suponen "un freno a la reducción" de la participación de las familias en la renta variable. La gran escapada se produjo en el 2002, cuando estalló la burbuja tecnológica. En los últimos cuatro años, el conjunto de los activos financieros de las familias ha crecido en casi 600.000 millones de euros, un 50%, y es "un sólido factor de impulso de la economía", añadió.

La participación de los inversores individuales es de un 16%, "muy superior a la media europea". Por otra parte, los inversores no residentes son propietarios del 34,2% de las acciones de las empresas cotizadas.

La bolsa ha cumplido 175 años en el 2006 "con un récord histórico de salidas al parqué", subrayó Zoido en su discurso. Diez nuevas empresas han cotizado en bolsa y han captado más de 3.000 millones de euros.

EL BILLON DE EUROS La capitalización de las compañías admitidas ha superado el billón de euros por primera vez, que al cierre de noviembre significa un aumento del 26% con respecto al 2005. Hasta noviembre pasado, las sociedades cotizadas han repartido 22.838 millones como dividendos, un 29,2% más que en el 2005, lo que ha convertido el ejercicio en un "hito histórico", dijo un satisfecho Zoido.

Pero quizá el dato que más orgullo produce entre Antonio Zoido y su equipo es el 32% de rentabilidad alcanzado hasta el 12 de diciembre, que "consolida a la bolsa española como líder "entre los grandes mercados mundiales. Es la mayor subida del índice Ibex 35 en un año desde 1998", añadió el financiero, para recordar después que en cuatro años "la rentabilidad acumulada ha sido del 135%".

OPTIMISMO Para el próximo año, las valoraciones de las cotizaciones, los beneficios de las empresas y las perspectivas de evolución de la economía "fundamentan" que los pronósticos sean "favorables". Por lo que se afronta el ejercicio con "razonable optimismo", terminó de señalar el presidente de BME.