El negocio del Santander Central Hispano (SCH) en Latinoamérica --Argentina, Chile, Brasil y México-- proporcionó al grupo un beneficio neto de 1.382,7 millones de euros (230.062 millones de pesetas) el año pasado, un 8,2% menos que en el ejercicio anterior debido a la crisis económica que sufre Argentina --el resto de las filiales evolucionaron en positivo-- y a la depreciación del dólar estadounidense. El grupo se ha centrado en el negocio clásico bancario.

En Argentina, el banco provisionó toda la inversión realizada, incluido el fondo de comercio (la diferencia entre el precio de compra y el de mercado). Los resultados en este país han sido neutralizados, de manera que la contribución al beneficio regional ha sido nula.

En Brasil, el beneficio obtenido a través de Banespa alcanzó los 802 millones, un 20,5%, gracias sobre todo a la actividad bancaria clásica.

Los resultados en México han aumentado, por su parte, un 16,4%, hasta los 681,4 millones. La entidad que preside Emilio Botín confía en que tanto la integración comercial del Banco Mexicano y Banca Serfín, como la reciente operación que ha permitido la entrada del Bank of America con un 24,9% en el capital de la filial mexicana servirán para ampliar el negocio en el futuro. La alianza con la entidad norteamericana abre las puertas del mercado hispano de Estados Unidos al grupo financiero español.

En todos los países latinoamericanos donde el SCH tiene presencia, la entidad bancaria española posee una cuota de mercado superior al 10%, si bien su marca chilena, el Banco Santander Chile, es el primero del país desde su fusión con el Banco Santiago. El año pasado ganó 228,9 millones.