Una de cal y otra de arena. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alaba el "ambicioso" plan de ajuste del Gobierno español, pero a la vez reclama "una revisión radical y urgente" del mercado laboral.

Esa es una de las conclusiones del equipo de expertos del organismo internacional que ha supervisado en los últimos días las cuentas españolas. Los analistas, coincidentes con el Gobierno, cuyos planes "apoyan plenamente", constatan el inicio de una fase de salida de la recesión. No obstante creen que para afianzarla, hay que sumarle "reformas ambiciosas y exhaustivas". A su vez pronostican una recuperación "débil y frágil" con tasas de crecimiento del 1,5% al 2% "a medio plazo".

El Ejecutivo se apresuró ayer a valorar el balance del FMI. En todo caso encajó la recomendación de que no se pueden demorar más cambios como el que afecta al mercado de trabajo y destacó que las medidas publicadas ayer en el BOE "mejoran la credibilidad" del Gobierno, según los analistas del Fondo.

En opinión del organismo, las reformas deben encaminarse a "un mercado laboral más flexible que promueva el empleo y su reubicación entre sectores". Otro de los puntos debe ir dirigido a "reducir la dualidad" entre empleados fijos y temporales; y "estimular la contratación permanente", lo que, en su opinión, debe conllevar "rebajar los costes de indemnización por despido al menos hasta la media de la UE. A su vez, es necesario descentralizar la negociación colectiva.

RETIRO A LOS 67 El FMI aconseja adoptar con rapidez la reforma del sistema de pensiones que, entre otras medidas, incluye elevar el retiro a los 67 años. Proponen otras iniciativas como vincular el importe de la prestación a la esperanza de vida. Todo ello, dicen, "fortalecería la sostenibilidad del sistema".

También critican la lentitud de la reordenación al amparo del Fondo para Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), pero destacan el acuerdo alcanzado por el PSOE y el PP para darle un impulso. Lo ven "esperanzador".

Además, aconsejan reducir la sobrecapacidad para que surjan entidades financieras más robustas. Aunque el sistema "es sólido", persisten "riesgos elevados y desigualmente distribuidos entre instituciones, centrados sobre todo en las cajas". Por eso piden una reforma legal de las entidades de ahorros que "reduzca la influencia política sobre las mismas, aumente su capacidad para obtener capital y les ofrezca la opción de convertirse en sociedades tenedoras de acciones".