Al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, le exigen su dimisión y al director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, le instan a congelarse su sueldo para dar ejemplo, pero la economía mundial va bien. La primera jornada de la reunión conjunta del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se celebra en Washington estuvo marcada por un asunto tan ajeno a la economía como el caso Wolfowitz, pero dejó claro la confianza de los grandes rectores económicos respecto a que el crecimiento será sostenido y robusto a pesar de la ralentización de la economía del gigante estadounidense y los problemas de su mercado inmobiliario.

Fue difícil que los ministros de Economía, gobernadores de los bancos centrales y demás figuras económicas que ayer se dieron cita en la sede del FMI en Washington no se enfrentaran a preguntas sobre Wolfowitz, en el ojo del huracán por haber decidido una promoción y un aumento de sueldo de su pareja sentimental, en nómina del BM.

IRRITACION PALPABLE La mayoría dejaron la decisión sobre el futuro de Wolfowitz en manos del consejo de administración del BM, pero era palpable la irritación por un caso que afecta a un presidente cuyo nombramiento y trayectoria --arquitecto de la guerra de Irak, discutidas políticas neocón -- ya fueron controvertidos. "Este asunto ha dañado al banco y no debería haber ocurrido", dijo Hilary Benn, ministra de Desarrollo británica.

Pero, más allá del escándalo, la cita en Washington es para hablar de economía. En su intervención ante el Comité Monetario y Financiero Internacional, Rato afirmó que el descenso de los precios del petróleo y unas óptimas condiciones financieras mundiales han contribuido a que los problemas del mercado inmobiliario estadounidense y un descenso en el crecimiento de este país no hayan afectado al resto del mundo.

"La previsión de que va a haber un sólido crecimiento y la desaparición de la preocupación por la inflación contribuyen a que haya unas condiciones boyantes del mercado financiero mundial", dijo Rato, quien destacó los esfuerzos del último año para corregir los desequilibrios de las principales economías mundiales. Aun así, el FMI y el BM advirtieron de que un fracaso en la Ronda de Doha llevaría a una oleada proteccionista que pondría en riesgo este crecimiento mundial.

CAMBIO El Comité Monetario también trató las reformas internas y el sistema de financiación del que debe dotarse el FMI. La más dura fue la ministra de Economía de Argentina, Felisa Miceli, que acusó a Rato y su equipo preparar "un cambio cosmético". En nombre de su país, Perú, Paraguay, Chile y Bolivia, Miceli exigió que la reforma prevea un mayor voto para los países en desarrollo y, ante los problemas fiscales del organismo, propuso reducir o congelar el salario de Rato y de otros altos cargos.