Los dirigentes de las tres grandes compañías automovilísticas estadounidenses (Ford, Chrysler y General Motors) regresaron ayer a Washington para presentar sus planes de viabilidad. Su intención es convencer a las autoridades de que les den ayudas públicas de 25.000 millones de dólares (19,6 millones de euros).

Los planes se basan en la producción de automóviles más eficientes desde el punto de vista del consumo energético, eliminar los modelos que no funcionan, reducir sueldos a sus ejecutivos y reestructurar los acuerdos con los sindicatos en un movimiento que reducirá los beneficios sociales de los trabajadores.

En su plan, Ford afirma que su viabilidad depende de la de sus competidores, ya que el sector está interconectado. Chrysler propone compartir tecnología para producir coches más eficientes y General Motors venderá su flota de aviones.