La quinta conferencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún (México) fracasó ayer, en su última sesión, por el profundo desacuerdo entre las partes negociadoras, anunciaron delegados de varios países. La ruptura se consumó debido a que varias delegaciones de los países menos desarrollados se negaron a admitir la inclusión en las conclusiones de la cumbre de materias distintas al apartado agrario si no se avanzaba en el mismo, mientras que las naciones industrializadas tampoco cedieron en ese tema.

"La reunión está técnicamente colapsada. Se acabó. Nos vemos dentro de dos años en la próxima cita ministerial", declaró a los periodistas George Odour Ong´wen, miembro de la delegación keniana, quien describió de forma diáfana el resultado de la reunión. El presidente de la conferencia, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Ernesto Derbez, admitió que no tenía sentido seguir discutiendo, ya que las posturas eran irreconciliables.

ANTECEDENTE DE SEATTLE

Esta es la segunda ocasión, desde la creación de la OMC, en 1995, que una conferencia ministerial --el máximo órgano de decisión de este organismo-- concluye sin haber alcanzado un acuerdo. La anterior fue en Seattle (EEUU) en 1999. La decisión de acabar la conferencia se precipitó después de que un grupo de países asiáticos, africanos y caribeños expresaran su negativa a seguir discutiendo si no se avanzaba en las negociaciones.

Los países en vías de desarrollo presionaron con gran dureza ayer para que se obligara a EEUU y a la Unión Europea (UE) a aumentar el porcentaje de reducción de las ayudas a la superficie agraria que habían pactado las dos potencias. Si este grupo logra finalmente su objetivo "comprometería el pasado acuerdo de la Política Agraria Común (PAC) e impediría reformas futuras", afirmó el ministro español de Agricultura y Comercio, Miguel Arias Cañete. El grupo integra desde grandes productores agrícolas, como Brasil y Argentina, hasta países emergentes como la India y China.

En la última negociación de la PAC, que culminó con una de las reformas más importantes de los últimos tiempos, la UE aceptó reconvertir las ayudas a la producción, en ayudas a la superficie y al número de cabezas de ganado.

La exigencia de los países en desarrollo para que las grandes potencias reduzcan también estas ayudas obligó a EEUU y a la UE a proponer una disminución de hasta el 5%, que no contentó a éstos. El borrador de conclusiones previsto obligaba a eliminar las subvenciones a la exportación para los productos agrícolas para que los países subdesarrollados puedan competir. Sin embargo, incluía una cláusula que limitaba esta desaparición a una serie de productos "de particular interés" para estos países.

El texto preliminar de las conclusiones incluye una mención especial sobre las distorsiones que producen las ayudas al algodón. A España no le ha gustado esa concreción en el producto incluida "gracias a la presión mediática de algunos países", destacó el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.

EL PROBLEMA ESPAÑOL

Aunque aún no hay nada cerrado, el problema español, italiano y francés sobre las denominaciones de origen (DO) está saliendo mal parado. En los próximos seis meses, se creará un registro sólo para vinos y bebidas espirituosas sin valor jurídico de protección. Los 41 productos con denominación de origen para los que la UE pidió una especial defensa se negociarán en el futuro.