El Gobierno francés ha empezado a promocionar su plan para que la crisis no frene el desarrollo de los sectores estratégicos del país. El proyecto supondrá una inversión de 35.000 millones de euros, que se financiarán con un nuevo endeudamiento de 22.000 millones. El resto será sufragado con el dinero prestado durante el crash financiero que los bancos han empezado a devolver. El Ejecutivo espera que esta iniciativa arrastre una inversión privada de 25.000 millones.

La inyección económica se destinará a cinco sectores considerados prioritarios para no perder el tren de la innovación y de las nuevas tecnologías: la universidad, la investigación, la industria y las empresas medianas, el desarrollo sostenible y la economía digital.

Pero el proyecto viene marcado por la polémica campaña publicitaria que, a las puertas de las elecciones regionales, promociona la acción del Gobierno. A ojos de la oposición, se trata de "una propaganda política al servicio de la UMP el partido de Sarkozy pagada por el contribuyente".