El Gobierno francés inició ayer una nueva ronda de discusiones con los interlocutores sociales para examinar la posibilidad de una reforma de las 35 horas semanales que reclama la patronal pero a la que se oponen los sindicatos, que consideran "más que suficiente" la flexibilización que prevé la ley Fillon del 2002.

El ministro delegado para las Relaciones Sociales, Gérard Larcher, inició el proceso con un encuentro con el secretario general de la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), Fran§ois Chereque, totalmente hostil a la idea de cuestionar la reducción de la jornada impulsada por el anterior Gobierno socialista. "En materia de flexibilización de las 35 horas, la ley Fillon (aprobada por el actual Gobierno) lo ha previsto todo", declaró Chereque.

Las negociaciones se desarrollan en un clima de presión provocado por algunas empresas, como Bosch, que este verano decidieron aumentar el tiempo de trabajo de sus empleados sin compensación económica bajo la amenaza de despidos o traslado de fábricas.

MAS EMPRESAS El líder europeo de la carne de ave, Doux, anunció también precisamente ayer que desde el pasado 1 de julio ha suprimido los 23 días de vacaciones que concedió a sus trabajadores para compensar la reducción de la jornada laboral en 1999. La empresa denunció el acuerdo interno firmado con sus empleados a pesar de las protestas de los sindicatos.

El Gobierno francés pretende introducir en la legislación varias modificaciones y en particular la posibilidad de que las empresas negocien un aumento del número de horas extras, que ya se aumentaron en la ley del 2002 de 130 a 180. También se quiere extender la flexibilidad reservada a las empresas de menos de 20 empleados, que pagan las horas extras sólo un 10% más caras frente al 25% de incremento del resto de compañías.

Las consultas de Larcher con sindicatos y patronal, que se prolongarán hasta el próximo 7 de septiembre, también tratarán de otros temas como la simplificación de la legislación laboral, en particular en el momento de aplicar reestructuraciones, o las formas de incentivar el mantenimiento en activo de los trabajadores de mayor edad.

REALIDAD ECONOMICA El ministro de Economía, Nicolas Sarkozy, fue el primero en reclamar una revisión de la ley de las 35 horas, que la patronal quería simplemente suprimir. La única concesión sindical es que reconocen la "necesidad" para algunas empresas de "flexibilizar la aplicación de la reducción de la jornada para adaptarla a la realidad económica", según indicó el líder de la CFDT.

Pero esa posibilidad se encuentra ya en la modificación efectuada en el 2002, que permite la renegociación por sectores. Sin embargo, la patronal quiere libertad para negociar "directamente con los trabajadores".

Mientras, los sindicatos exigen al Gobierno que se adopten medidas para sancionar a las empresas que "chantajean" a sus trabajadores y utilizan "medios al límite de la legalidad" para conseguir que los empleados renuncien a sus derechos".

REBAJA FISCAL A VIVENDI Por otra parte, el Ministerio de Economía concedió ayer una rebaja fiscal al grupo de comunicación Vivendi Universal a cambio de su contribución a crear 2.100 contratos indefinidos en cinco años. El Gobierno permitirá que la multinacional calcule el resultado imponible contando sólo el capital de cada empresa filial. A cambio, Vivendi creará dos centrales telefónicas de al menos 300 empleados e invertirá en zonas de Francia desfavorecidas.