Mientras no deja de exigir "reciprocidad", el presidente francés, Nicolas Sarkozy, practica el "patriotismo económico", pero en una sola dirección. El último ejemplo es la ofensiva para impedir que el tercer banco francés, Société Générale (SG), caiga en manos extranjeras. Al mismo tiempo, el Elíseo se limita a advertir a la empresa pública Electricité de France (EDF) que si quiere entrar en España lo haga de acuerdo con el Gobierno español.

Tras las pérdidas de 7.000 millones de euros el año pasado (4.900 por el fraude en bolsa y 2.100 por las hipotecas basura de EEUU), SG se ha convertido en objeto del deseo de muchas entidades. Entre las extranjeras, se cita a los bancos británicos HSBC y Barclays, al alemán Deutsche Bank, al italiano Unicredito y al Banco Santander. Inmediatamente, las autoridades francesas han reaccionado en contra de esa posibilidad y se inclinan, en todo caso, por una opa de BNP Paribas, el primer banco francés, que en el 2007 obtuvo unos beneficios récord de 7.800 millones de euros. El BNP vale en bolsa el doble que SG, que ha perdido desde junio la mitad de su valor, estimado ahora en 34.000 millones.

El primero en reaccionar fue el consejero especial de Sarkozy y autor de sus discursos, Henri Guaino. "El Estado no se quedará con los brazos cruzados si alguien, un depredador cualquiera", busca "aprovecharse de la situación" de SG, dijo el domingo pasado Guaino. El miércoles, el primer ministro, François Fillon, aseguró que SG seguirá siendo francés.

Procedente del llamado gaullismo social, Guaino es un euroescéptico que votó en contra del Tratado de Maastricht y de la Constitución europea. Es el inspirador de las políticas más nacionalistas de Sarkozy, que irritan en Bruselas y causan fricciones con los ministros más europeístas del Gobierno francés. El consejero califica de "absurda" la política de competencia de la UE; promueve la política de estímulo de la demanda que aumenta el déficit y retrasará al 2012 el equilibrio presupuestario, que el anterior Gobierno había prometido para el 2010; critica la actuación del Banco Central Europeo (BCE) y hasta controla el proyecto de la Unión por el Mediterráneo, que nació al margen de la UE y ahora se intenta reconducir.

La UE advirtió el miércoles a Francia de que debe tratar igual a cualquier aspirante a adquirir SG y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se preguntó: "¿Si alguien viene, amistosamente, con la propuesta de un buen proyecto económico, por qué rechazarlo? ¿Solo porque no es francés?".

LA OPCION DE EDF En la otra cara de la moneda, la posible alianza entre EDF y la ACS de Florentino Pérez para hacerse con Iberdrola, el portavoz del Elíseo, David Martinon, reconoció el jueves que "EDF ha mostrado su interés en principio por el mercado español" y precisó que "el Gobierno español está informado".

Martinon advirtió también a EDF de que "cualquier inversión debe hacerse con el acuerdo de las autoridades españolas".