El primer ministro francés, Dominique de Villepin, incidió ayer en el debate que se vive en Francia sobre el euro fuerte y el papel del Banco Central Europeo. En unas declaraciones a la radio pública France Inter, Villepin pidió "clarificar la responsabilidad" entre el BCE y los estados, para los que reclamó mayores "márgenes de soberanía".

Villepin recordó que "la primera responsabilidad del BCE es la lucha contra la inflación", pero demandó la delimitación de responsabilidades entre el banco y los gobiernos "en la política monetaria". "Es recuperando márgenes de maniobra y márgenes de soberanía cómo los estados podrán hacer más", dijo.

ROYAL LANZO EL DEBATE El jefe del Gobierno respondía a una pregunta sobre la posición de la candidata socialista al Elíseo, Ségol¨ne Royal, que fue quien lanzó el debate al pronunciarse por un sometimiento del BCE "a las decisiones políticas". Royal hizo esta propuesta radical, en contradicción con los tratados europeos, en su discurso del jueves en Oporto, en el congreso del Partido Socialista Europeo.

"No corresponde a Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, dirigir el futuro de nuestras economías, sino a los dirigentes designados por los pueblos", dijo Royal de un modo tan contundente que sus palabras hubieron de ser matizadas al día siguiente por el primer secretario de su partido, Fran§ois Hollande. "Debemos volver al espíritu de los tratados antes de querer modificarlos", precisó Hollande, que quiso salvaguardar así la independencia del BCE reconocida en los tratados comunitarios. Este debate no es nuevo en Francia y se produjo ya cuando se creó el BCE. Frente a la independencia total defendida por Alemania, a semejanza de la que gozaba el Bundesbank, Francia --especialmente algunas de sus fuerzas políticas-- propugnaba un banco central más sometido a los gobiernos. Pero Francia estaba aislada, como lo está ahora en sus críticas al euro fuerte, que perjudica las exportaciones francesas, pero también las de otros países de la zona euro.

Villepin no olvidó en sus declaraciones de ayer la posición minoritaria de Francia en el seno de la UE. En referencia a un eventual nuevo papel del BCE, afirmó que "hay estados que se conforman con la situación actual, que, para Francia, no es una situación favorable".

NUEVO INDICADOR En plena precampaña para las presidenciales de la primavera, la carestía de la vida es uno de los temas recurrentes en todas las intervenciones políticas. Además de Royal, el candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy, ha atacado también la política del Banco Central Europeo del euro fuerte y ha pedido cambios en el índice de precios de consumo.

En este sentido, Villepin abogó ayer por la creación de un nuevo indicador que permita medir realmente el poder adquisitivo y que tenga en cuenta la "evolución de la sociedad" con sus nuevas necesidades, como el teléfono móvil o el acceso a internet.

De la polémica habida entre la candidata, Ségol¨ne Royal, y el primer secretario del PS y al mismo tiempo su compañero sentimental, Fran§ois Hollande, se deduce que lo que los socialistas franceses proponen es una ampliación de las funciones del BCE. Hollande abogó el pasado viernes en Oporto por "confiar al BCE otros objetivos que la lucha contra la inflación", mientras que ese mismo día la propia Royal rectificaba al declarar que, sin necesidad de modificar los tratados europeos, había que "completar el estatuto del BCE" para que "se ocupe del empleo y del crecimiento para luchar contra el paro".