¿Se ha parado al avalancha de huídas? Freixenet ha decidido mantener su domicilio social en Sant Sadurní d'Anoia. El consejo de administración de la compañía ha optado por esta decisión.

El presidente, Josep Lluís Bonet, ya insinuó el lunes que se podían replantear la posibilidad de cambiar de sede social después de que entrara en vigor el artículo 155 de la Constitución en Catalunya.

"Las circunstancias han cambiado en solo unos días", explicó Bonet, que a su vez es presidente de la Cámara de Comercio de España y ha sido uno de los empresarios más críticos con el proceso independentista

Su principal competidora, Codorniu, decidió hace unos días trasladar su sede social a Haro, en La Rioja. En este caso destaca la trascendencia al ser una compañía familiar cuyos orígenes catalanes se remontan a 1551.

Pugna accionarial

Freixenet también es un grupo familiar, gobernado por las ramas de la familia Ferrer, Bonet y Hevia. Tras un intento de vender una rama de la familia una parte mayoritaria del capital al grupo alemán Henkell, el consejo de administración nombró al vicepresidente y director financiero, Enrique Hevia, presidente de la comisión directiva ejecutiva que la multinacional catalana creó en diciembre del 2016 para asumir su dirección y repartir el poder entre las ramas familiares accionistas. Hevia pertenece a la rama familiar que defendía la venta de la compañía.

El nombramiento se produjo también como consecuencia de que las familias accionistas, los Bonet, los Ferrer y los Hevia, decidieron relevar en diciembre a Pedro Ferrer Noguer como consejero delegado de la compañía. Con el objetivo de que en esta comisión directiva estén representadas las tres ramas familiares propietarias de la firma, también son miembros de la misma Pedro Ferrer y Eudald Bonet.