En teoría, con la nueva norma, las compañías que trasladen su producción a otro país deberán justificar más ese cambio. En cierto sentido, "se dificultan las deslocalizaciones", explica Valeri Viladrich, de KPMG. "La norma no tiene como objetivo perseguir las deslocalizaciones", puntualiza Javier González Carcedo, de Landwell. En todo caso, admite que este tipo de decisiones tendrán que justificarse.